martes, 4 de junio de 2013

...pero por ser usted se lo dejo en 57 millones

Como adelantó este blog, Neymar ya es culé. Ahora debería poner un enlace a aquella entrada donde lo predecía, pero sinceramente no tengo ganas de ponerme a buscarla. En fin, si alguien no se lo quiere creer, está en su derecho. Yo, que reconozco tener menos tino que una escopeta de feria, tampoco creía haber acertado, a lo que ayuda el bloqueo al que tengo sometido a la prensa deportiva. Pero hete aquí que ante la necesidad de enterarme del horario del partido de mi Madrí frente al Putasuna no tuve mejor idea que entrar en la web del Marca precisamente el día que se había producido la feliz noticia. No recuerdo el día pero da igual, porque en ése fue un día de metamorfosis, así que podría tratarse de un viernes transmutado en jueves o un sábado tornado en lunes... en un Marca cambiado a "NeymarCA", donde cualquier noticia referente al Madrí había sido desplazada al lugar posterior a la sección de pasatiempos. ¿Que no hay sección de pasatiempos en esa web? Exactamente. 

Pero para metamorfosis digna de Kafka, la del futbolista en cuestión. Quien no hace tanto era un "niño mimado que hace lo que quiere" con un carácter "díscolo" y una vida personal "complicada y perversa" se transformó, por arte de birli-birloque, en un jugador "que encaja en el estilo del Barça". El fichaje "que hubiese hipotecado peligrosamente el club" pasó a ser, como quien no quiere la cosa, un "fichaje que hará historia" y un "éxito de Sandro Rosell" (del que suponemos no querrá la quiebra económica del club del kilómetro 600). Aquél cuyo fichaje era terminantemente prohibido por la brigada del aplauso impreso -esto es, por todo el que en Cataluña tiene carnet de periodista- porque el Barcelona ya tiene a Messi y "no caben dos gallos en el vestuario" pasaba a ser considerado como la parte carioca de la "dupla argentino-brasileña" que ha de hacer historia en el Camp Nou. 

Neymar y su pandilla. Salta a la vista que son gente centrada y nada amiga de los ambientes nocturnos.
Por supuesto no he visto la cobertura que la "televisión de todos" realizó del feliz evento, en la que nos mostró las cabriolas de este Gregor Samsa en su día de estreno como jugador culo y para lo que no escatimaron en esfuerzos. Al fin y al cabo tenían un montón ahorrados de la final de la Copa de Europa de Baloncesto, a la que no tuvieron a bien dar una cobertura similar. Cuestión de preferencias. No soy de ver televisión, menos de tragarme ese circo. Además, ya tuve bastante con la de Ibrahimovic, que incluyó el intento de linchamiento de un aficionado merengue y a la fauna culé asaltando el césped para llevárselo a cachos, mientras los machos dominantes de la camada botaban encima del plástico que cubre los asientos. Es que tampoco soy de documentales de vida salvaje. Así que no tengo ni idea de las palabras que pronunció el susodicho en rueda de prensa. Pero me da igual. Tampoco sé de que juega. No obstante, he sido incapaz de escapar de algún titular generado por este tío al que antaño trataron poco menos que como un violador de menores y al que hoy en día nos presenta como un padre responsable. 

 Born to be culo.

Y el que me ha llamado la atención -bien, en realidad el único en que me he fijado- es ése en el que dice que se siente más cómodo hablando en catalán. No sé que tal le irá en el fútbol europeo, ni siquiera en el catalán, pero que ha calado bien pronto al rebaño culé nadie lo discute. Con ese comienzo ya puedes jugar como un caracol borracho que te los has ganado. Sólo le faltó romper la tradición de estrenarse con la elástica oficial para lucir la de la "señera" o, como yo prefiero llamarla, "el detector de gilipollas". Porque no es otra cosa. Ves un tío por Valladolid o Calatayud luciendo esa camiseta y es, indudablemente, un gilipollas. Y si lo ves por Cataluña, también. Por muy nacionalista que sea. Porque realizar un diseño de la camiseta usando de ese modo la bandera que pretendes idolatrar es más una falta de respeto al símbolo que otra cosa. Como si los americanos llevaran una equipación similar a la del Patético de Madrid o como cuando a la camiseta de la selección se le quiso poner una banda amarilla triangular en los hombros cuyos vértices convergieran en las tetillas de los jugadores. Por si fuera poco, es una copia de la equipación que lució en los setenta el Valencia. No se podía esperar otra cosa de un club históricamente reconocido por sus robos: el uniforme azulgrana, copiado del Basilea; el primer escudo, el de la ciudad Condal, tomado sin permiso; el arquitecto de su estadio tomando nota de las obras del Santiago Bernabéu. Cualquier día nos encontraremos con que el himno es un plagio de alguna canción de Edith Piaf . 

El caso es que Neymar sabe muy bien donde aterriza, como habrá podido comprobar al ver el eco que han tenido sus declaraciones, en el que no destaca nadie dándose cuenta de que si es cierto que se siente más cómodo hablando en catalán, ¿por qué habla en español? Porque nadie duda que habla catalán, faltaría más. En las favelas de Río no se hace otra cosa. Eso y darle patadas a un balón, igualito que en la Masía. Le va a venir genial para entenderse con Messi, cuyo dominio de esa mezcla de provenzal arcaico y valenciano clásico es de todos conocidos. A estas alturas ya se habrá dado cuenta que si falla en darle patadas al balón siempre podrá ganarse al respetable dándoselas a la nación española. Siempre es bueno tener un seguro a mano por si las cosas se tuercen. Entretanto seguiremos esperando las declaraciones del arzobispo de Barcelona o los representantes políticos del nazionanísmo catalán criticando el dispendio que ha supuesto este fichaje como hicieron en su día con el de Cristiano. Al fin y al cabo, 90 millones de euros con un 24% de paro resulta menos ofensivo que unos 60 millones -declarados, que al Madrí le pidieron 150 kilos como reconoció ayer Florentino Pérez en "Punto Pelota"- en una época en la que la tasa de parados ha subido hasta un 27%.

Seguiremos esperando sentados, faltaría más.

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