viernes, 7 de diciembre de 2012

Messi debería aprender a hablar... y punto.

Que alguien como Leo Messi, cuyos biógrafos confirman que alardea de no haber leído un libro en su vida, se haya convertido en el emblema del independentismo catalán demuestra el extremo de degeneración  y podredumbre al que ha llegado esa pobre tierra. En una aparición pública del culo-esponsor Turkish Airlines, el argentino se ha alineado con el posicionamiento que ha tomado su club respecto al proyecto de reforma educativa del ministro Wert que, entre otras cosas, contempla que los padres catalanes que decidan que sus hijos no sufran la "inmersión lingüística" puedan optar a que éstos sean escolarizados en un colegio privado a cargo de la Generalidad del tres por ciento.

Messi, por supuesto, no sabe de qué habla. No se leyó ni la cartilla escolar y mucho menos va a haber leído el borrador del proyecto de Wert, tan sólo se limita a repetir, como buen robot descerebrado regurgitado por esa fábrica de antiespañoles minituarizados que es La Masía, las consignas que vienen de arriba. "Yo, desde que llegué acá, estudié, crecí y aprendí en catalán. Nunca tuve ningún problema, todo lo contrario. Cuantos más idiomas sepa un chico y crezca con ellos, mucho mejor para la educación". Si existe un motivo para tirar a la basura el sistema educativo catalán, es Messi. "Miren, éste es el producto de la educación catalana" y pones un video de Messi hablando... perdón, balbuceando. Tanto el nivel expresivo como el de razonamiento deben estar más cerca de una croqueta que el de un ser humano. ¿Quieren los padres catalanes que sus hijos acaben así? Antes preferirían que la inmersión lingüística se la hicieran en mongolo. 

Pero es que además, Messi miente. Menuda porquería de persona, qué gran símbolo del club al que le saca más de diez millones anuales. Miente porque fue testigo de cómo su hermana pequeña tuvo que empaquetar las maletas y volverse a Rosario con su madre, dividiendo a la familia, ante la imposibilidad de encontrarle un colegio en el que le hablaran en español. "Cuando mi hermanita María Sol iba a la escuela le hablaban en catalán, lloraba y no le gustaba" le reconoció al suplemento "Viva" del diario argentino "Clarín". Pero es que además miente porque él no sabe hablar catalán. De eso hay pruebas sobradas, quizá la más conocida sea la de aquella entrevista, en una televisión también argentina, porque por lo visto en España estas cosas no se preguntan. "Dinos: 'buenas noches, soy Leo Messi'", le piden. Y Messi contesta: "Bona nit... y eso". ¡Ni siquiera sabe cómo se conjuga el verbo "ser" en catalán! 


 ¿Sabrá Messi que está posicionándose en contra de que se respete un Derecho Humano básico a los niños catalanes, esto es, el de ser educado en su lengua materna? Lo más seguro es que no. A este analfaburro no se le puede exigir nada más complejo que la tabla del uno. Pero eso no le exime de responsabilidad. Mentir, y encima hacerlo para defender una injusticia dice bien poco de una persona. Messi recibe muchas burlas por sus problemas de crecimiento y el tratamiento hormonal que recibió en Barcelona. Pero a un hombre no le define su estatura física, sino moral. Y para la que ha reflejado Messi hoy no hay hormonas que valgan.  


Nos bombardean con "valores" y parece ser que el mantener el deporte al margen de la política no es uno de ellos. Dirá algún despistado que Messi tiene derecho a opinar sobre la política educativa del Gobierno, al igual que Puyol, que se ha adherido a algún tipo de iniciativa chorra de esas tan frecuentes en túiter. Pero vaya, para un culo escribir una palabra precedida del símbolo de la almohadilla debe ser como escribir un tratado de filología aplicada a la educación. No pidamos peras al olmo. Pues a estos les pregunto si no les resulta curioso que el Barcelona, siempre que se posiciona políticamente, lo hace a favor de los que tienen la sartén por el mango, que ya es casualidad. Y es que el Barcelona no opina ni deja de opinar sobre algún asunto, ni se posiciona ni se disuelve acerca de cuestiones de actualidad. El Barcelona es un equipo del sistema, un equipo del régimen. Del que sea. Nunca se ha visto al Barcelona jugarse el tipo, o la subvención, enfrentándose a los que mandan. Jamás. La imagen del presidente Montal haciéndole la reverencia a Franco mientras le entregaba la medalla del club al que ya era Socio de Honor de la entidad es más que reveladora. Como lo es el palco del Nou Camp, auténtico friso de políticos, en cualquier partido. Si el Barcelona se posicionara a favor del independentismo no jugaría la Copa del Rey, ni la Liga, ni cualquier otra competición nacional, y abogaría por la creación de una liga catalanao. En vez de eso se dedica a mangonear en la Federación e irse a la cama con Villar, a penetrar e infiltrar todos los organismos deportivos de ese país del que dicen querer librarse. Esa ha sido, es y será su política. Ésa es realmente su cantera: vivir en estado de simbiosis permanente con el poder. Por eso nunca veremos al Barcelona sacar un comunicado oficial defendiendo el derecho de los padres catalanes a elegir la lengua en la que han de educarse a sus hijos, o protestando por la corrupción del presidente de la Generalidad. Eso ni en broma.

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