viernes, 24 de agosto de 2012

Sonada victoria del Madridismo

Cuentan que Mourinho, al poco de llegar a Madrid, reconoció a sus allegados que la dificultad para derrotar al Far$alona radicaba en que no sólo era un equipo de fútbol, sino también un "discurso". No sé si es cierto, pero me lo creo. Lo creo porque es la conclusión a la que llegaría alguien con la astucia y capacidad analítica del que es, se pongan como se pongan algunos, el mejor técnico de nuestra era, lo que ha conseguido no sólo con su saber futbolístico, sino también por haber comprendido que el fútbol no sólo se juega sobre el rectángulo de juego. El Far$alona de Pepita la Guardilla era, en efecto, más que un equipo de fútbol: era una idea de corte totalitario defendida a base de mentiras, de manipulaciones y de apelar a principios cursis y sentimentaloides a los que son tan dados los españoles. Es difícil que algo así triunfe con otro equipo que no sea el Far$alona, de siempre protegido por instituciones y medios de información, como manifiesta que puedan seguir con el discurso de "Franco nos perseguía" cuando el dictador les salvó de la desaparición al recalificarles el antiguo campo de Les Corts y, por si fuera poco, recibió dos medallas del club.

Por tanto, y como bien sabemos los que llevamos años de lucha contra la peste culé, en esta cruzada lo que pase en el campo no es lo único. Como bien ha entendido Mourinho, la lucha va más allá y alcanza a otros campos. El político, el social, el económico, el ideológico. Siempre con desventaja, pues de todos es sabido que "la caverna mediática" y similares no existe. Nunca ha existido. Lejos de esto, la mal llamada prensa madridista ha dado en los últimos años la razón a quienes advertíamos de la existencia de una quintacolumna antimadridista, de no poco peso, que ha actuado como altavoz de la información manipulada que vomitaba la prensa del movimiento culé en los últimos años. Por todo eso partidos como el jugado hoy en el Esterculé Camp han de tener una lectura que vaya más allá de lo de darle patadas a un esférico. Pese a la derrota del Madrid por un exiguo 3-2, que otorgaría el título al equipo blanco con una victoria por la mínima en su propio feudo -a no ser que fuera por 4-3, 5-4 o más, pero eso ya es ciencia ficción- lo acontecido sobre el césped son un cúmulo de buenas nuevas para los madridistas de bien y los antifar$eros de pro, muchos pero con poco eco en los medios. Da igual, que les den por culo. 

La posesión no vale para nada. A los que se han dedicado durante los últimos tiempos a anteponer el tuya-mía y los ronditos con el portero a lo que es fútbol de verdad, lo de hoy les habrá sentado como un puñetazo en la boca. Y no es la primera vez. Mucha posesión y mucha mandanga, pero al final ambos equipos han estado a la par en lo que a tiros entre los tres palos se refiere. Es más, pese al centrocuentismo culé que tantas cataratas de babas despierta entre un inmenso número de plumíferos paniaguados, la realidad es que el Madrid jamás se descompuso. De hecho, el Madrid sí tuvo la posesión de lo que es importante en los partidos: el control. Eso lo saben en todo el mundo pero en España se nos ha olvidado. Si tocas, tocas, tocas y al final acabas perdiendo el balón porque no te queda otra que disparar desde cuarenta metros, es porque al rival así le interesa. El partido se desarrolló como le interesaba al Madrid. Y si no hubiera sido por lo pronto que el Far$alona consiguió empatar el resultado habría sido muy distinto.



Cristiano es el mejor jugador del mundo. Y sigo pensando que, dentro de algunas décadas, hablaremos de él a nuestros hijos y nietos como nuestros padres y abuelos nos hablaban de Alfredo Di Stéfano. Mientras Leo Messi desaparecía en el entramado táctico tan bien montado por Mourinho, y mostraba al mundo su incapacidad de adaptar su juego a situaciones cambiantes, aquellas en las que no siempre se produce el sota-caballo-rey, Cristiano, quien ya ha reconocido estar todavía muy lejos de su mejor forma, adelantaba al Madrid rematando magistralmente un corner de cabeza. ¿Alguien cree que Messi, cuando no le sale lo que el quiere, puede hacer algo así? Veremos antes a un elefante pasar con toda su familia por la puerta de la Aguja que al retarded argentino rematar de cabeza un corner, por no hablar de meter un gol de falta directa. Y no es cuestión de altura, que para algo le metieron hormonas para parar un tren, es que ni sabe ni puede. Cristiano, si no le sale lo suyo, tiene recursos para dar y regalar. Por eso es MEJOR, a ver si se entera la gente. 

Sí, desde otra perspectiva podría apreciarse claramente el fuera de juego. Le pediremos a Mediapro, empresa del simpatizante culé y trosko nazionanísta Roures, que nos de una imagen más clara... JUAJUAJUA

Los medios protegen al far$alona. Y hay que ser idiota integral para no haberse dado cuenta a estas alturas. En mi anterior entrada comenté la "casualidad" de que no hubiera imágenes claras del fuera de juego de Soldado. Pues bien, el gol de Pedro Picapiedra (ojo a como clava este tío los brazos al pelear un balón por alto, cosa que encima hace sin saltar, porque NO SABE cómo se hace; en la Massía sólo enseñan lo del "tuya-mía" y parece que con eso basta para hacer un futbolista) viene precedido de un más que posible fuera de juego. Pero los comentaristas ni lo mencionan, cuando estas jugadas siempre se revisan en las repeticiones. Pero claro, es que sólo pusieron una repetición en la que no se podía distinguir nada. Parece que tampoco para este partido se habían llevado bastantes cámaras. Vaya por Dios. Eso sí, los desmayos del panchito Alexis en el área buscando el penalti nos hartamos de verlos una y otra vez. Para alante, para atrás, despacio, más despacio, cámara finish, por satélite, como fuera. Del posible fuera de juego en el gol del empate no se ha hablado ni se hablará, porque encima TVE le ha negado al Madrid las tomas de esa jugada. Más claro agua. 

Con Valdés también habríamos sido campeones del mundo, decían. ¿Se lo imaginan frente a Robben? Que hartón de reír, tú... para los holandeses.


La Massía es una fábrica de talentos. "Valdés es mejor que Casillas, sobre todo porque sabe jugar con el pie", dicen. Pues ojo al gol de Di María, porque demuestra que a esto del fútbol, como decía Di Stéfano, el pie está muy bien, pero sobre todo hay que jugar con la cabeza. El problema de Valdés, como el de muchos otros ejemplarse de ese zoológico, es que ha terminado por creerse las mentiras que cuentan de él. Es lo que tiene vivir en un sistema totalitario, majo. Y no hablo de culto a la personalidad porque de personalidad, en ese vestuario, andáis bien escasos. Otro que no le va a la zaga es el Nosferatu de Albacete, del que personalmente estoy hasta los mismísimos nenúfares. Le pretenden dar el balón de Oro -la prensa de Madrid, como no; la de Barcelona apuesta por Messi- y hoy se ha vuelto a mostrar como un tramoyista del balón, de estos que te encuentras a patadas en cualquier cancha callejera, pero no como un futbolista. ¿De qué valen tantos giros de 360º, tanto pasársela al de al lado, tanta mandanga si al final no haces nada? Sólo ha sido capaz de penetrar la defensa del Madrid provocando un penalti. Ahí se ha puesto en evidencia lo humilde y buen compañero que es y lo absolutamente gilipollas que están los internacionales merengues. A ver si alguno le señala que ese tipo de jugadas son una guarrería, aunque legales, en vez de tanto darse la mano y compartir sonrisitas, que encima en los culés son como las de los tiburones. Por lo visto también habría intervenido en el tercer gol. Ni idea porque entonces me estaba cagando en una bañera de santos, pero como todas esas jugadas partían de un robo de balón tras cometer falta sobre el madridista que el colegiado jamás señalaba, siguiendo la tendencia imperante desde hace un lustro según la cual al Far$a JAMÁS se le señala una falta en contra en los últimos veinticinco minutos de partido, tampoco merece mucho mérito. El trío de la bencina lo cierra BusKKKets, jugador caracterizado por sus insultos racistas, que si no se oyen mucho es porque el aullido de la jauría que va a ver los partidos los tapa con sus asquerosas proclamas xenófobas contra los portugueses. No he visto en mi vida un jugador con más cuento que este, y sólo una afección ocular grave, unas cataratas por ejemplo, pueden justificar los elogios que recibe. Ahora, desde luego que es un genuino representante del "ADN" culé: tramposo, falso y mal profesional, es el ejemplo de cómo hay que obrar para obtener éxito obviando las leyes más básicas que han de primar en una competición de fútbol, es decir, lo que ha sido el Far$alona durante toda su historia. Lo de parar el partido para ser atendido tras una entrada de Xavi Alonso, en la que se aprecia tanto en directo como en la repetición que no le toca aunque fuera merecedora de tarjeta, es repugnante y dice muy poco de nuestro fútbol que se permita a un trilero de este calibre salir de rositas cada vez que hace una de las suyas. En Inglaterra ya le habrían retirado la licencia. 

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