miércoles, 23 de mayo de 2012

A pitar a la vía, y si viene un tren, mejor.

Según se aproxima el día de la final de la Copa del Rey, y como no podía ser de otra manera, van apareciendo las ratas secesionistas periféricas aprovechando tanto el evento en sí, como el más que previsible espectáculo asqueroso que nos brindarán ambas aficiones cuando suene el himno nacional y el Rey -el heredero en este caso- haga acto de presencia, para usarlo como plataforma de sus reivindicaciones sin pies ni cabeza y sus criminales reclamaciones. Era de esperar. Si no han empezado antes es porque la FEF y su dirección de ineptos les ha costado encontrar una fecha adecuada para el partido a estas alturas del calendario. Ineptos que, dicho sea de paso, en este caso se han revelado también como un hatajo de estúpidos, descabezados o colaboracionistas con los enemigos de España por amañar la competición para permitir que accedieran a la final los mismos equipos que ya protagonizaron la más vergonzosa jamás jugada en los más de 100 años de historia de este torneo al ponerle a uno, el vasco, un recorrido en el que sólo faltaba el Torpedo de Cuenca para hacerlo más fácil, y llevar al otro, el catalán, en volandas por gracia de los árbitros que no quisieron ver varios penaltis frente al Madrid, por no hablar de la mano de Pinto fuera del área en Mestalla,

Los representantes electos de las ratas periféricas, que inexplicablemente cobran sueldo de parlamentario costeado por aquellos cuyo país quieren destruir, pero eso sí, sólo después de haber expoliado hasta la médula, incluyendo entre los paganos a los familiares de aquellos que han sido asesinados para  que los que tienen genes con barretina puedan montar una Cuba en el Cantábrico y pese a que entre esos representantes se encuentran cómplices de los asesinos, montaron un espectáculo asqueroso en las escaleras del Congreso al desplegar una pancarta basurienta en la que se pedía la oficialidad de las selecciones regionales catalana, gallega y vasca. Ojo, que a mí me parece muy bien que haya gente que pida esas cosas. Como si quiere pedir que el Sueco sea idioma oficial o hacer obligatorio por ley que se lleven los calzoncillos y las bragas por encima de los pantalones. Lo que no soporto es la falsedad y la hipocresía. Porque este tipo de reclamaciones parten de supuestos que son más falsos que un euro de madera. Se da a entender que dichas regiones están ocupadas y/o colonizadas por España, o bien que ésta no permite que compitan libremente en competiciones internacionales. Respecto a lo primero poco o nada hay que comentar. Cataluña, Galicia y el País Vasco han sido siempre parte de España. Si quieren secesionarse que lo hagan, pero que no nos vengan con milongas. La realidad es que el nacionalismo que surgió hace un siglo en algunas regiones de España lo hizo por su enriquecimiento, cosa que lograron no por tener una clase media o una burguesía emprendedora precisamente. Todo lo contrario,  el enriquecimiento de esas regiones fue consecuencia de las políticas proteccionistas llevadas a cabo por los gobiernos centrales y que perjudicó notablemente a otras regiones.

Naturalmente, el mensaje lo acordaron hablando en español. Panda de idiotas.
Peor es lo segundo. Es imposible que España permita o deje de permitir que el "barretina team" o el "Dream Galleteam" participen en Eurocopas o Mundiales. Que yo sepa, y seguro que esas ratas de la pancarta también lo saben, el presidente de la FEF no puede llegar mañana y decirle al de la FIFA o la UEFA que donde había una selección ahora hay cuatro, que les vayan buscando hueco. Pero sí existe una forma de tener esa representación en eventos internacionales que tanto desean: tener su propia federación y su propia Liga. Así de fácil. Mañana llega, por ejemplo, la Federación Catalana y anuncia que a partir de ese momento van por libre. Como ya es autónoma e independiente, puede montar su Liga. Y si tienes liga y Federación propia, la UEFA y la FIFA te reconocen. Como pasa con los Escoceses. Punto final. El problema, claro, es que eso supondría que el Far$alona tendría que jugar contra el Español y poco más: Nástic, Badalona, Lleida y algún otro, con todo lo que ello supondría. Y eso, claro está, no lo desean. Aquí, como en tantas otras cosas, el nacionalismo pretende la independencia pero subvencionada por el resto de España. Son como un hijo vago, inútil, y cuarentón, que no ha dado un palo en su vida, y que no para de exigir a sus pobres padres más paga semanal y más independencia aunque el resto de sus hermanos se tengan que morir de hambre: que cómo pretenden que viva así, que muchos de sus amigos ya tienen casa y coche, que cómo no les da vergüenza que él todavía tenga que seguir en esa casa, que a qué esperan para pagarle el alquiler de un piso de 100 metros cuadrados. Simplemente asquerosos. Pero qué vamos a decir de una chusma que, en el mejor de los casos, viven de recolectar las nueces ensangrentadas que los terroristas hacen caer del árbol.

Y como en España no cabe un tonto más, estas imbecilidades carentes de argumento, ética, dignidad y honor enseguida encuentran eco. Saltemos algunos miembros del parlamento, como el prosoviético y filocastrista Llamazares, y pasemos al plato fuerte. El presidente del Far$alona, señor Sandro Rossel, o Rosell, o como sea. Sandruco, vamos. Salta el tío este en la presentación de las nuevas equipaciones del club catalán -que son, sin duda, las más horrendas y horteras que jamás ha llevado equipo de fútbol alguno, y que me niego a poner aquí no vaya a ser que a alguno se le queme el monitor-, respondiendo a las juiciosas palabras pronunciadas por la presidenta de la Comunidad de Madrid, doña Esperanza Aguirre, en una emisora de radio, donde se mostró partidaria de suspender el partido en caso de que se injuriase el himno nacional para que fuera jugado a puerta vacía. Sandruco, apoyando sin tapujos la vergonzosa pitada, dice que ojalá "los barcelonistas puedan expresar sus sentimientos con total libertad". La cosa no deja de tener su gracia viniendo de alguien que ha denunciado a un periodista de la COPE, ha vetado a Punto Pelota y ha obligado a rectificar un artículo de opinión de Salvador Sostres en El Mundo. "Libertad de expresión", sí, ya.

Pero es que cuando Sandruco apela a la libertad de expresión está siguiendo la misma línea miserable e hipócrita que las ratas de la pancarta. Si Goebbels levantara la cabeza tendría que irse a la cola del paro, porque con gentuza como ésta poca cosa iba a poder hacer. Con todo, la principal culpa no es de Sandruco, sino del aborregado y estúpido pueblo español, que lejos de potenciar su raciocinio prefiere someterse a "mantras" sin sentido. Tú le sueltas a un españolito medio lo de la libertad de expresión y lo dejas inerme. Se acabó la discusión, que haga lo que quiera no vaya a ser que piense que soy un facha, porque claro, la libertad de expresión, que eso es sagrado tú, ya lo dicen los americanos. 

Pues sí, la libertad de expresión es sagrada. Pero como cualquier derecho, conlleva deberes y responsabilidades. Y entre éstos últimos está manifestarla de forma adecuada y siguiendo los cauces correctos. Pongamos, por ejemplo, que mañana fallece la madre de Sandruco y alguien, haciendo uso de la libertad de expresión tal cómo la entiende el culodirigente, hace acto de presencia en el sepelio y se pone a despotricar a grito pelado contra la fallecida, cantando y contando todas sus miserias y poniéndola de vuelta y media. ¿Aceptaría eso el señor Sandruco? Por supuesto que no. Porque la libertad de expresión no legitima cualquier cosa. La libertad de expresión tiene unos cauces (parlamentarios, mediáticos, etc.) y, sobre todo, ha de realizarse manteniendo las formas exigibles en cualquier sociedad civilizada. El ejemplo que he puesto con el hipotético fallecimiento de la mamá de Sandruco (que Dios guarde muchos años si es que la señora sigue entre nosotros) chirría porque manifiesta una deplorable falta de educación. El respeto a las personas, a su dignidad, está por encima del derecho a la libertad de expresión, que en todo caso habría de adecuarse a la dignidad de la persona.

Por tanto, miente Sandruco al esgrimir este derecho como salvaguarda de que sus culos muestren los ídem en el estadio o berreén como cabrones en celo. Si esa afición no quiere seguir en España lo que tiene que hacer es exigir a su club que no haga acto de presencia en la final de una competición en honor al Jefe del Estado que, por lo visto, les esclaviza. Es más, que no participen el año que viene ni nunca. Ni ellos ni los del Éthnic de Bilbo. Y ya está. Ahora, si van porque carecen de dignidad, porque son unos miserables y porque no valen ni para que cualquier persona decente les use como felpudo, al menos que tengan la educación y el civismo de portarse adecuadamente. Si no, que no vengan.

La mejor alineación para la final
Por mi parte sólo puedo apoyar lo dicho por doña Esperanza, la única que dice las cosas claras, aunque me temo es porque no ocupa cargos de responsabilidad donde en vez de decirlas tendría que hacerlas. Si se insultan e injurian los símbolos nacionales, el partido tendría que suspenderse. Alguno se llevará las manos a la cabeza por eso de evitar un mal mayor, por la que podrían montar esa panda de bestias si se les priva de la final. Ni caso. Si se suspende el partido no iba a pasar nada. Es posible que se rompieran algunos asientos del Calderón o que se reventaran algunos servicios. Pues que los del Pateti no hubieran vendido la dignidad de la nación por treinta míseras monedas de plata, dando la oportunidad a los enemigos de España a que lleven su circo de sociópatas a la capital del Reino. Que se jodan. Pero aparte de los daños al estadio, y que supongo cubriría algún seguro, no iba a pasar nada. Porque nunca pasa aunque nos tiremos treinta años muertos de miedo pensando en lo que podría pasar. El ejemplo más claro es el de la "kale borroka", erradicada de las calles de las Vascongadas pese a todas las alarmas por el sencillo método de hacer que los papás y las mamuchis de los cachorros de ETA se hicieran responsables de los daños causados por sus vástagos y bastardos. Después de ver cómo se quemaban autobuses y a miembros de las fuerzas de seguridad no fuera a ser que en vez de un pobre "ertzaina" ardiera Roma, no se quemó ni un autobús más, ni uno de juguete, ni el que pone la Real Sociedad cuando va al Bernabéu. Se iban a quedar ahí unos miles pegando voces, diciendo que no se movían. Pasadas un par de horas, en cuanto les rugieran las tripas o se les acercara la hora de coger el tren para volver a sus respectivas pocilgas, veríamos que pronto evacuaban el estadio. En la calle, para evitar incidentes, el debido dispositivo policial y aquí paz y después gloria. Porque  boixos, proetarras y demás escoria la montan si saben que gozan de impunidad. Pero con la poli cerca se les pasan bien pronto las ganas de tonterías. Y si no es así, a por ellos y a mostrarles lo acogedoras que son las cárceles madrileñas. El caso es que la autoridad no puede permitir que se produzca un delito en ningún caso, y lo de insultar los símbolos nacionales lo es. Por eso mismo, el partidario de la ideología que asesinó a más de cien millones de personas durante el siglo XX, el Llamazares, así como el aragonés Durán y Lérida, junto con periodistas tipo Mascabrón, todos ellos defendiendo pitadas y muestras de nalgas, es decir, la comisión de un delito, deberían ser juzgados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario